Rosemary A. Joyce, Ph.D. Associate Professor of Anthropology University of California, Berkeley Berkeley, California Políticamente correcto El cargo de que estudiar el género en la antigüedad es de algún modo "políticamente correcto" se ha fortalecido muchísimo. Esta acusación sugiere que es inútil la investigación sobre el género. Hay dos diferentes formas en que podemos responder a esto. La primera de ellas es responder negativamente--no hacer preguntas explícitas a propósito del género en el pasado, sino hacerlas implícitamente. Todas nuestras explicaciones sobre arqueología conciernen al género, sólo que en algunas de ellas nada más hay un género, aunque no se especifique, el masculino. Si realmente no hacemos preguntas sobre el género en la antigüedad, entonces nuestro pasado está poblado por hombres, o tal vez por neutros, pero no por personas. La arqueología de género es en realidad una mejor arqueología, debido a que es hecha con mucha más conciencia de las suposiciones que tenemos. Son mejores explicaciones aquellas en las que somos conscientes de las suposiciones que estamos haciendo. Por lo tanto, este es un argumento más positivo--una vez que empiezas preguntando acerca del género, proporcionas mejores explicaciones que tienen más relación con la vida humana. En los sesenta, en la Nueva Arqueología, el argumento fue que la arqueología era una ciencia y que la ciencia consideraba que las mejores explicaciones eran las que usaban pocos factores para explicar más. Se trataba de reducir todo, haciendo a un lado las particularidades que no podías explicar y tomando unas cuantas explicaciones de mayor importancia. Existe una forma de pensar completamente distinta acerca de lo que son las mejores explicaciones científicas, en la que estas se acercan a lo que se llama "adecuación empírica," es decir, que se parecen a las cosas que quieren explicar. En vez de hacer explicaciones reduccionistas, donde se explica todo usando unos pocos factores generales, se ofrecen explicaciones más complejas. Una de las principales formas en que hacemos que nuestras explicaciones del pasado en Mesoamérica sean más complejas es asumiendo que hubo diferentes tipos de personas. Al preguntar sobre género--¿Qué clase de personas hubo en el pasado? ¿Cómo eran los hombres, cómo eran las mujeres, que es lo que significa preguntar esta pregunta?--automáticamente te mueve a una mejor, más compleja, más empíricamente adecuada, descripción de la forma en que eran usadas las cosas. Por lo tanto mi otra respuesta al cargo de políticamente correcto es que si esto es políticamente correcto, también es científicamente correcto, porque estamos produciendo un mejor trabajo en lo que tratamos hacer: entender el pasado. ¿Las mujeres en el pasado maya? Empiezas con una pregunta relativamente simple: ¿Dónde están las mujeres en el pasado maya y qué están haciendo? Para contestar esta pregunta dices, "Bien, por ejemplo, no hay muchas imágenes de mujeres en los monumentos." Joyce Marcus, en su novedoso libro de 1976, señaló que los monumentos que representaban mujeres eran escasas, y cuando las había era porque fueron importantes para los hombres políticamente poderosos. Varios historiadores del arte han hecho contribuciones a esa clase de análisis que dice, "Bueno, sólo porque hay mujeres en el arte clásico maya no significa que eso nos diga mucho acerca de la experiencia de las mujeres. En cambio, estamos viendo mujeres pintadas por el interés de los hombres." Si tomamos el punto de vista de que no hay algo que incluya a todos los hombres, o a todas las mujeres, entonces, tenemos realmente que preguntarnos ¿el interés de qué hombres y qué clase de mujeres? Abruptamente, las cosas que te pegan en la cara son que estamos preguntando por un segmento muy pequeño de la sociedad. Estamos hablando de los gobernantes y los nobles. Y ¿dónde está el resto de la gente, sean hombres o mujeres? ¿Es la forma de vida que tuvo una reina de Tikal realmente la que nos dice qué vida tuvieron las mujeres en una villa? La pregunta con la que empiezas es acerca del género. El lugar donde terminas implica una idea más compleja de las diferencias en la posición social, de las diferencias en el grado de asociación con los centros urbanos frente a las villas, si trabajaste con tus propias manos o viviste del trabajo de otros. Figuras contra monumentos mayas Tenemos monumentos que nos muestran a pocas mujeres, usualmente a las madres de los gobernantes. Son mostradas en varias situaciones de Estado, participando en rituales cívicos. ¿Hay alguna fuente de información comparable respecto a cuál debió haber sido la experiencia de las mujeres en cualquier otro lugar? Comencé a ver figurines que mostraban muchas mujeres, así como hombres. Comenzaron a surgir conexiones y diferencias extraordinarias. En realidad, al ver esos dos cuerpos de material, el arte monumental y los figurines, como elementos que potencialmente me podían mostrar las diferencias entre mujeres, comencé a ver cómo emergía una imagen completamente distinta en la cual los figurines mostraban mujeres trabajando, tejiendo, desgranando maíz. El arte monumental, de forma súbita, se convirtió en una lupa en la que pude ver y decir "Esto es muy interesante: las mujeres en el arte monumental no están haciendo ninguna cosa en particular. De igual manera, aunque sabíamos que las mujeres tenían toda esa clase de diferentes roles laborales, estos no están en el arte monumental." Por supuesto, di el más importante salto que fue entender que también esa es la verdad del hombre. El arte monumental en los hechos borra el trabajo y nos presenta una imagen de la sociedad en la cual no hay clase trabajadora. En ese momento, los figurines comienzan a ser más importantes porque no son sólo las mujeres desgranando el maíz y tejiendo lo que está ahí, es el hombre cazando venados y el hombre haciendo todo su trabajo. Algunos figurines muestran grupos de personas, que por momentos te hacen pensar con respecto al hecho de que el arte monumental siempre está enfocando nuestra atención en una o dos personas en un momento dado. La cuestión de género termina, en verdad, no siendo una cuestión que nos diga algo políticamente correcto a propósito de cómo las mujeres fueron dominadas o de cómo fueron poderosas en la antigua civilización maya, pero nos dice algo sobre las diferentes experiencias de las personas en la sociedad maya, dependiendo de si eran parte de la nobleza o de la clase trabajadora. Cuando empiezas a tratar a la gente como algo complejo, no limitas el tipo de preguntas que puedes hacer. Todo esto empieza para mí, con el supuesto asunto de lo políticamente correcto referido al género.